LA VENIDA DEL ESPIRITU SANTO
- @pjsfxela
- 4 jun 2020
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El pasado 31 de mayo, se celebró la Solemnidad de Pentecostés, es decir, la celebración de la promesa que Jesús hizo a sus apóstoles, de que el Padre enviaría su Espíritu para guiarlos y acompañarles en esta vida terrenal para transmitir su evangelio. Sin embargo, cuando escuchamos la palabra Pentecostés nos limitamos a pensar únicamente en la presencia del Espíritu Santo, la que claramente es importante, sin embargo Pentecostés nos trae muchísima más riqueza, la cual a veces desconocemos.
Para empezar, debemos de conocer que la palabra Pentecostés tiene el prefijo penta- que quiere “cinco”, refiriéndose a cincuenta días. En el Antiguo Testamento, se celebraba la “fiesta de las semanas” o bien, la fiesta de la cosecha; la cual, se refería a que durante 7 semanas se daba los primeros frutos de la cosecha. De aquí deriva la palabra Pentecostés, ya que 7 semanas son aproximadamente 50 días. (Ex 34, 22 ó Dt 16: 9-10) Sin embargo, con el tiempo se le agregó un sentido histórico para celebrar la fiesta de la Alianza.
La fiesta de la Alianza, se refiere a la celebración que hacían los judíos para conmemorar el momento en que Jesús le dió los diez mandamientos a Moisés en el monte Sinaí, como símbolo de la Alianza, es decir, la unión entre Dios y el hombre donde Dios le promete al hombre protegerlo a cambio de que cumplan con algunas leyes. (Ex 19-24)
En otras palabras, Dios le da a Moisés los diez mandamientos para que al cumplirlos nosotros creemos una relación con él; por así decirlo, la forma en que se vivía la fe antes. Sin embargo, en el momento en que nace Jesús cambia el curso de la historia y todo empieza a ser diferente. Desde el momento en que Jesús resucita nos demuestra que nuestra fe es real, pues resucita de entre los muertos venciendo a la muerte y justamente resucita 50 días antes de que fuera la celebración de la Alianza, es decir, la tradición judía.
Por eso la narración del Nuevo Pentecostés está en el libro de los Hechos de los Apóstoles porque cuenta todo lo que pasaron los discípulos después de que Jesús ascendió a los cielos. (Hec 2: 1-13)
Recordando en Hechos, cuando los apóstoles se encontraban junto a María y otros seguidores de Jesús porque iban a celebrar la fiesta de la primera Alianza, justo ahí, Dios les envía su Espíritu para darles fuerza ya que muchos de ellos estaban desconcertados por la partida de Jesús y Dios Padre les envía una fuerza divina para animarles a evangelizar. Recordemos que para todo esto, Jesús ya le había dicho a Pedro que él sería el que encabezaría la iglesia cuando él ya no estuviera.
Por ello, cuando baja el Espíritu Santo, se crea la NUEVA ALIANZA. Es decir, la nueva unión entre Dios y el hombre, porque nuevamente Dios les hace saber a los hombres que pueden tener un vínculo con él y que él está con nosotros, sólo que ahora lo hace más especial que cuando nos dio los diez mandamientos, porque nos deja una presencia divina de Él por medio del Espíritu Santo.

Así pues, Pentecostés nos trae esperanza en medio de la oscuridad y el miedo de ser ciristiano católico, sobretodo en la época actual donde la tecnología y la libertad desordenada quieen apoderarse de los hombres, y nos recuerda que Dios vino para quedarse, aunque ya no físicamente, pero su presencia está entre nosotros.
Por otro lado, Jesús resucitado se le aparece a los discípulos en el cenáculo y les dijo: “Paz a ustedes.” Estas palabras son muy importantes, ya que aquí Dios perdona a los discípulos y los ama. (Juan 20:19-23)
“Son palabras de reconciliación y perdón. Pues Jesús ofrece su paz precisamente a estos discípulos que tienen miedo, que les cuesta creer lo que han visto, que han visto la tumba vacía, y que subestiman el testimonio de María de Magdala y otras mujeres. Jesús perdona y ofrece su paz a sus amigos.” (Papa Francisco, Regina Coeli, 2020)
Por ello, desde este momento, perdonando a sus discípulos y reuniéndolos en torno a él, Jesús los hace su Iglesia: una comunidad reconciliada y lista para la misión. Así pues, da inició la Iglesia Católica, ya que los apóstoles animados por el Espíritu comienzan su misión, la misma misión que el Padre le dió a Jesús, llevar su amor a todas partes.
Hoy se nos hace la invitación de que sigamos buscando medios y formas adecuadas a nuestra sociedad para evangelizar así como lo hicieron aquel día los apóstoles al hablarles a los hombres, a cada uno en una lengua distinta, y así mismo a que nos reconozcamos hijos amados de Dios.

DATO CURIOSO
Cada año, para la Solemnidad de Pentecostés, se realiza en la basilica de Panteón en la ciudad de Roma, un atractivo símbolo del descenso del Espíritu Santo sobre la Santísima Virgen y los Apóstoles.
Durante cinco minutos a las 12 del mediodía, a través del óculo del Panteón de Agripa, se realiza una Lluvia de miles de pétalos de rosa. Los pétalos caen sobre los sacerdotes y los presentes, que también son bañados por la luz del sol que desciende desde la abertura, configurando una imagen inolvidable y un momento muy especial.
Puedes visitar el siguiente link para un pequeño video de este momento: https://www.facebook.com/watch/?v=10154537452326846

Sofía Cifuentes Coutiño
Sofía es coordinadora de Pastoral Juvenil en la parroquia Sagrada Familia, es editora y cocreadora de este blog.
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