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¿Qué es el amor?

  • Foto del escritor: @pjsfxela
    @pjsfxela
  • 11 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Esta es una pregunta muy común en todos nosotros, y muchas veces suele pasar que confundimos el significado del amor, esto a causa de la gran influencia que tenemos de los diferentes medios de comunicación, películas, series, redes sociales, etc…


Hemos escuchado varias veces el “Ama a tu prójimo como a ti mismo”; pero lamentablemente olvidamos lo anterior “Ama a Dios sobre todas las cosas”. San Agustín apunta esta idea en la primacía del amor, pues Agustín apunta una idea que tal vez para muchos es loca.


Parafraseando la pregunta base de San Agustín, podríamos reducirla así: ¿Cómo puedo yo amar si no tengo amor?; de ahí parte lo que escribiría San Agustín:


“Para que sepamos amar a Dios, ha de conocérsele; y para que el hombre sepa amar al prójimo como a sí mismo, debe primeramente, amando a Dios, amarse a sí mismo”.
(CS 118,8,2)


Agustín nos hace abrir los ojos a ciertos inconvenientes que tenemos como jóvenes a la hora de amar, “creyendo” que podemos amar amándonos a nosotros mismos primero, siendo esto una consecuencia grandísima, o acaso ¿Conocemos que es amarnos?; ese el principio, por ello es que está ligada la palabra amor a Dios, pues Dios que nos creó por amor, es la fuente del amor.


Ahora abriendo esta ola de dudas, podríamos entonces hacernos una pregunta:


¿Cómo se si Dios me ama?


Para abarcar esta pregunta citaremos al apóstol Juan:


"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna." Juan 3, 16

A través de la Imagen de Cristo podemos ver el grandioso amor del padre (Juan 14, 9), puesto que el Hijo Único de Dios viene y nos hace abrir los ojos, abrir aquellos ojos que están cegados por la envidia y el egocentrismo.

Jesucristo nos deja algunas muestras de amor que hoy en día la Iglesia posee, y que a veces como laicos podríamos ignorar, estas muestras están en los Sacramentos.


La Eucaristía es una gran muestra de amor, en donde Cristo convierte el pan y el vino en su cuerpo y sangre; La reconciliación (La confesión) es una muestra del amor de Dios, pues solo surge el perdón a través del amor, y de esa forma podemos mencionar varias formas en las cuales Dios nos muestra su amor.


Y hasta este momento te seguirás preguntando: ¿Qué es entonces el amor?


Citare al Padre Juan Jaime Escobar en una entrevista en Tele VID para responder a ello:


Me parece importante hablar de la definición de Agustín con respecto al amor:

“El amor consiste en el deseo de identificarse con el objeto amado.”; esta definición nos puede ayudar a entender por qué en ocasiones nuestras relaciones de amor ya sea con una pareja, los amigos, la familia e incluso el amor propio puede fallar.


Si amamos como la verdadera fuente del amor que es Dios, amaremos a través de acciones concretas, y entenderemos que el amor consiste en dar sin esperar, en soportar y recordar que el amor es el vínculo perfecto (Colosenses 3, 12-14).


¿En dónde buscas el amor?



Cuando San Agustín nos menciona el deseo de identificarse con el objeto amado nos implica una acción, y es por ello que esta pregunta es necesaria para reflexionar, porque muchas veces buscamos el amor en lugares incorrectos, pues buscamos el amor en el placer, en el “esperar” algo a cambio.


Cuando amas como Dios tu amor no lo identificas en esperar, sino en dar, y esto no solo nos evita decepciones emocionales sino nos enseña que el verdadero camino a la felicidad esta en nosotros mismos.


¿Cuánto amas? ¿Cuánto das? Esas son las primeras preguntas para encaminarnos en el camino de la felicidad, en ese camino que Dios nos tiene preparados.







¿Cómo puedo demostrar mi amor?


Es una gran pregunta, pero necesaria de responder; lo primero que debemos de hacer es amar a Dios a través del cumplimiento de sus mandamientos, y aquí es donde a veces entramos en conflicto, porque vemos los mandamientos como prohibiciones, en vez de verlos como herramientas para alcanzar la felicidad y la santidad.


Para amar a Dios hay que conocerlo, y para conocerlo debemos de cumplir sus mandamientos, practicar nuestros sacramentos, leer la biblia, hablar con Él a través de la oración; después de ello podremos comenzar a conocernos a nosotros mismos.


Y después de conocernos a nosotros mismos entenderemos que amarnos a nosotros implica amar al otro; buscar el bien para el prójimo incluso en la corrección y en la justicia.


Para terminar quiero dejarte con una frase del Padre Jorge Mario Naranjo:

“Solo vale la pena vivir la vida para ser felices, pero solo es posible ser felices amando”
 




Gerson López Ruano

Gerson participa en la coordinación de Pastoral Juvenil en Sagrada Familia en Quetzaltenango, es creador y editor del blog de Pastoral Juvenil, además de ser el creador del Podcast: “De Jóvenes para Jóvenes”.

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